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MUNA. Fotografía: Isaac Schneider. |
“La voz de MUNA es queer, ruidosa, inquebrantable [..] su música es poderosa y política, adornada con las cicatrices de la adicción, el abuso y el aislamiento. MUNA es magia”, se describen hablando del nuevo álbum como enmarcado por una renovada seguridad creativa y habilidad técnica, tanto en términos de arreglos y producción de McPherson y Maskin como en la composición de canciones de Gavin, remitiendo a referencias de actos como Robyn, las primeras HAIM, el pop sintético dosmilero y el country-pop de Shania Twain o The Chicks. “MUNA reúne sus poderes para transportarte, de repente, a una habitación donde todo es posible, un lugar donde la bola discotequera nunca deja de arrojar destellos sobre las paredes, donde puedes sudar y llorar y tumbarte en el suelo y besarte con quien sea, donde la vulnerabilidad ante la presencia de quienes te aman puede hacerte sentir momentáneamente a prueba de balas, y la timidez sólo agudiza la oleada de alegría”, apuntan. Música que celebra las diversidades y se entiende como un instrumento del cambio social. Todo bien.
Momentazo ahí, su tema de apertura "Silk Chiffon", tres minutos y poco más de radiante pop que enfatiza que "la vida es tan divertida" reivindicando a la vez la dicha del amor queer; hitazo que además funciona tan bien con la participación en guitarras y voces de la mismísima Phoebe Bridgers. Por aquí el videoclip del tema inspirado en la película adolescente noventera "But I'm a Cheerleader" y abajo, un directo de su presentación en el late-show de James Corden.
"MUNA", el álbum, ya está disponible en plataformas y tiendas vía Saddest Factory.