Maggie Rogers ∷ “Surrender”

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Maggie Rogers, 2022. Fotografía: Kelly Jeffrey.

Tal y como lo anticipaba con su estupendo single principal, "That's Where I Am", Maggie Roggers se ha reinventado en su flamante segunda producción de estudio: "Surrender"; no radicalmente, pues todavía hay mucha accesibilidad en su propuesta, pero sí en las formas en la que hace llegar ahora su poderío melódico.

Cuenta Maggie que todo sucedió durante el tiempo de cuarentenas pandémicas. Encerrada en su casa rural de Maine, aislada, recuperando fuerzas tras las giras de su disco debut ("Heard It in a Past Life", 2019), básicamente se le había dificultado crear nueva música para aquel entonces. Su rescate a ese bloqueo comenzó al ser invitada a un grupo online de composición junto a otros artistas (Beck, Feist, Damien Rice, Mac DeMarco y más) y se impusieron escribir música, cada uno por su cuenta, semanalmente y compartirla de forma privada. Al final compuso casi un centenar de demos que vislumbró, la conducirían -en sonido- a alguna parte. A la par, reflexiva, buscó profundizar en el sentido del trabajo del artista. "El trabajo del artista es sentir", le contó al New York Times, "y he estado sintiendo mucho durante los últimos dos años: ha habido tanto dolor, tanto sufrimiento y tanta injusticia en el mundo. Me planteó muchas preguntas sobre lo que creo y cómo quiero estructurar mi práctica artística o mi negocio. O mi vida". Y así se enroló en la Escuela de Teología de Harvard y mientras estudiaba ahí, volvió a esas maquetas llegando a experimentar con un plug-in de audio que le dió un tono completamente distinto a su música. Distorsión. "El mundo se estaba derrumbando y mi vida en Maine era increíblemente tranquila", refirió. En ese momento, "el ruido se sintió tan terapéutico". Era, en definitiva, la dirección que buscaba. "Encontré paz en la distorsión. Un caos que podía controlar", apuntaría posteriormente en el video-trailer del álbum.

Así, en "Surrender" los elementos pop de Maggie continúan ahí, tanto como su fuerte protagonismo vocal, pero ahora todo late en otro pulso, más vibrante, directo y robusto. Sintetizadores saturados, guitarras pasadas por filtros, programaciones de baterías, chops de voz y más recuersos fuera de su registro previo han sido incorporados a su lenguaje pop, y en cuanto a contenido, pues también lo tenía ya claro: ""Surrender" trata sobre rendirse ante los sentimientos. Para mí, esa rendición no puede tener connotaciones negativas", afirmaría, conectando también referencias con sus estudios en Harvard, de donde se graduó con una Maestría en Religión y Vida Pública en mayo escribiendo una tesis bautizada tal y como el disco.

Emocionante lo transitado y el resultado de lo que ahora Maggie Rogers presenta en "Surrender", una placa repleta -aparte de la renovada carga estilística- de sus composiciones más inmediatas y electrizantes a la fecha. Por aquí algunos destaques del disco con los singles "That's Where I Am" (en cuyo video homenajea a su segundo hogar, New York, donde grabó parte del álbum en los estudios Electric Lady), "Want Want" y dos de mis tracks favoritos, "Shatter" (colabora Florence Welch ahí) y la Broken Social Scene-nesca "Symphony". Aquí los clips.

"Surrender" ya está disponible en tiendas y plataformas vía Capitol.